El Judo como herramienta para la resolución de conflictos en la infancia

El judo, más allá de ser un arte marcial, es una disciplina educativa que favorece el desarrollo integral de los niños. Una de sus aportaciones más valiosas en el ámbito escolar y familiar es su capacidad para enseñar estrategias de resolución de conflictos de forma constructiva. Desde la autorregulación emocional hasta el respeto por las normas y los demás, el judo se convierte en un recurso pedagógico poderoso para prevenir y gestionar disputas.
Conflictos en la infancia: un reto educativo
En la etapa infantil, los conflictos surgen de forma natural en la convivencia. La falta de herramientas de comunicación, la impulsividad y la inmadurez emocional hacen que los niños recurran al llanto, al grito o incluso a la agresión física para expresar su malestar. Según un estudio de Ceballos & Muñoz (2021), más del 60% de los incidentes entre escolares tienen que ver con la incapacidad de gestionar frustraciones o desacuerdos.
Frente a este panorama, la práctica del judo se presenta como un entorno controlado en el que los niños pueden experimentar la confrontación de forma segura, respetuosa y estructurada, aprendiendo a canalizar sus emociones.
Judo como entorno de aprendizaje socioemocional
El judo promueve un código de conducta basado en el respeto, la humildad, el autocontrol y la ayuda mutua. Según Lamas y Pérez (2020), estas reglas implícitas en la práctica favorecen la interiorización de valores que inciden directamente en la resolución pacífica de conflictos.
La figura del uke (quien recibe la técnica) y del tori (quien la ejecuta) exige colaboración, confianza y empatía. Esta dinámica reduce la competitividad desmedida y refuerza la cooperación, incluso en situaciones de aparente confrontación.
Además, estudios como el de González et al. (2023) muestran cómo los programas de judo aplicados en entornos escolares han reducido los niveles de agresividad en un 35% y mejorado la capacidad de los alumnos para resolver conflictos a través del diálogo.
Herramientas que ofrece el judo
La enseñanza de técnicas de judo como los ukemi (caídas) o los ejercicios de desequilibrio permite a los niños explorar el contacto físico sin violencia. Esta experiencia física controlada desarrolla la confianza en sí mismos y disminuye la necesidad de responder agresivamente ante provocaciones.
También se fomenta la autorregulación emocional. Las normas del tatami, como saludar antes y después de un combate o escuchar al maestro en silencio, crean un contexto estructurado que ayuda a canalizar la impulsividad.
Además, el trabajo por parejas y en grupo promueve la resolución colaborativa de desafíos, lo cual es extrapolable a otros entornos de la vida del niño.
Referencias bibliográficas
- Ceballos, J. & Muñoz, E. (2021). La gestión emocional y de conflictos en la educación infantil: un reto urgente. Revista Española de Pedagogía, 79(280), 101-119.
- Lamas, S. & Pérez, F. (2020). Educación en valores a través del judo escolar. Estudios de Educación Física, 18(1), 52-64.
- González, M., López, D. & Rivas, T. (2023). Impacto del judo en la convivencia escolar y la resolución de conflictos. Revista Iberoamericana de Psicología del Deporte, 12(4), 219-234.